Hoy os queremos hablar de una marca emblemática, Vans. Una marca que estará ligada siempre al skate y que nació de una forma humilde en California, EE.UU.

El origen de Vans se remonta a marzo del año 1966, cuando Paul Van Doren y tres socios abrieron su primera tienda. Paul había ganado experiencia en la fabricación de calzado durante los años 60 y decidieron dar el paso al retail. En esos momentos la tienda de Van Doren era un concepto único ya que ellos fabricaban las zapatillas y las vendían directamente al público.

Era algo artesanal, ya que los clientes compraban las zapas que habían sido fabricadas ese mismo día. No les fue mal y, el mismo día de la inauguración, vendieron 12 pares del modelo Vans #44 que hoy es conocida como “The Authentic”, sin duda uno de los buques insignia de la marca.

El día de la inauguración fue condiciones absolutamente precarias. Según cuentan, en el momento de abrir, ofrecían en la tienda 3 modelos en un rango de precios entre 2.49$ y 4.99$, pero sólo habían fabricado modelos de exposición. Las estanterías estaban llenas de cajas vacías, así que a los 12 clientes que entraron, les dijeron que eligieran sus colores y que podían recoger las zapatillas, recién hechas, por la tarde. Cuando los clientes regresaron, Paul y los tres socios se dieron cuenta que no tenían ni dinero para el cambio… así que entregaron las zapatillas a los clientes y les pidieron amablemente que regresaran al día siguiente para pagar. Tuvieron suerte y al día siguiente regresaron los 12.

La compañía se inscribió Van Doren Rubber Company y las zapatillas Van Doren’s pasaron a conocerse simplemente como Vans.

Más tarde se incorporó el hermano pequeño de Paul, aunque con un porcentaje de tan sólo el 10% de la compañía.

Durante el año siguiente, se produjo la primera gran expansión de la marca al abrir una nueva tienda prácticamente cada semana. Estas aperturas supusieron el primer gran aumento de ventas de Vans, al mismo tiempo que permitían a la marca estar en contacto con el público. De esa estrecha relación saldrían las primeras quejas sobre la suela de las zapatillas, ya que se rompía al poco uso. Para solucionarlo, Vans añadió unas líneas verticales en forma de diamantes y fue patentado.

En los años 70, un nuevo tipo de cliente supuso otro gran impulso para la compañía. La fiebre por el skateboard que se vivía en esos momentos permitió a Vans mostrar su flexibilidad a la hora de fabricar y diseñar.

Cuando los skaters comenzaron a demandar nuevos diseños y colores, Vans respondió sacando el modelo Vans #95, conocido hoy como “The Era” que fue diseñado por los skaters Tony Alva y Stacy Peralta y que ofrecía un diseño con dos colores. A partir de ese momento, Vans fueron las zapatillas elegidas por todos los skaters de una generación… lo que supuso el comienzo de la asociación que siempre ha tenido la marca con el deporte.

Durante los años 70 se hicieron nuevos diseños y multitud de colores y en el 79 lanzaron las Vans Slip-On. Otro modelo mítico que ha transcendido a cualquier época y sigue viéndose hoy en día.

En el 76 James Van Doren tomó la dirección de la marca y se puso como objetivo principal la expansión. Para ello, fue ayudado por el nuevo deporte de moda que estaba azotando California, el BMX.

A finales de los años 70 Vans tenía 73 tiendas en California y comenzó a venderse nacional e internacionalmente a través de tiendas multimarca. Las ventas aumentaron a un ritmo tan alto que James aumentó la capacidad de producción moviendo la compañía a unas nuevas instalaciones a una inmensa fábrica en Orange, California, en 1984 y aumentando el número de empleados a más de 1000.

En esos años, grandes compañías de deportes movieron la producción a países asiáticos donde la mano de obra era mucho más barata y las regulaciones contra el medio ambiente más permisivas, pero Van Doren decidió mantener su producción en casa.

A partir de ahí, la empresa tuvo que hacer frente a los altísimos costes de mano de obra y de expansión que tenía junto con el gasto que suponía mantener un catálogo tan amplio de productos. Además, apareció una ola de competidores vendiendo imitaciones de sus productos a lo que Vans respondió con una bajada de precios por debajo del coste de fabricación.

Por si las malas noticias eran pocas, en 1984 sufrieron una inspección laboral cuyo resultado fue el arresto de cerca de 150 de sus trabajadores supuestamente ilegales.

En 21 meses, Van Doren perdió cerca de 3,6 millones de dólares que se sumaban a la deuda de 12 millones que ya tenían. Cuando el banco quiso cobrar 6,7 millones de esa deuda en 1984, la compañía no tuvo más remedio que declararse en bancarrota. Esto habría hecho que cualquier empresa hubiera cerrado directamente… pero no Vans.

En sólo tres años, Vans salió de la bancarrota. En 1987 la demanda de sus zapatillas seguía siendo muy alta y los 2 millones de pares que salieron de su fábrica supusieron unas ventas de 50 millones de dólares, con lo que Van Doren volvió a dar beneficios. En esos momentos, aumentó mucho la demanda de Vans internacionalmente, particularmente en México y Europa, donde se podían encontrar en cualquier tienda de skate local.

1988 fue otro año clave, ya que Paul Van Doren dijo que estaba cansado de llevar el día a día de la compañía y accedió a vender la empresa al banco de inversión McCown De Leeuw & Co.

A partir de aquí, termina la historia original de Vans, pero ha seguido luchando como marca durante décadas y hoy en día sigue siendo una de las referencias en calzado y ropa urbana que se puede ver sobre cualquier tabla de skate en todo el mundo.

Hizo frente a la crisis de los 90, a los cambios de tendencia en los gustos, salió a bolsa, volvió a salir de las pérdidas reinventándose fabricando botas de snow, hizo frente a nuevos problemas legales con sus empleados, sacó su línea de ropa, y fue vendida nuevamente por 400 millones de dólares.

Si quieres ver la extensa gama de zapatillas Vans que tenemos en la tienda, haz click aquí